el saque mi cuaderno en público significa, sin duda, que alguien va a venir a curiosear. Nunca falla, es naturaleza humana; y yo, como he dicho antes, atraigo desconocidos y curiosos.
mientras observo a los viejitos de Céret jugar bolas criollas, Miguel se me acerca y se queda viendo lo que estoy dibujando. Miguel es Catalán y entre los dos no juntamos mucho mas que "Bon jour," asi que una vez establecido que el español es nuestro campo común, se instala y conversamos (él habla) un rato. No sé en que momento asumió que yo era pobre y sin hogar, pero lo hizo y me empezó a dar consejos (no solicitados) para los "indigentes como nosotros." ¿Qué hizo que Miguel pensara que yo era parte de su club de indigentes? No estoy segura, pero, ¿para qué corregir? Me dijo donde puedo recibir mi correo (¿los indigentes reciben correspondencia?), y donde me dan carne gratis (no, gracias), también me informó donde quedan los baños públicos (no le paré a la explicación...tipo normal) y lo difícil que es abrir una cuenta bancaria en Francia (¿no hay que tener dinero para necesitar una cuenta corriente?). Un dato mas útil hubiera sido donde dormir, pero como yo no hago preguntas, la cosa se quedó asi. Los viejitos tenían pinta de que estaban por terminar y yo estaba perdiendo luz, asi que sutilmente empecé a dibujar de nuevo, como diciendo: "gracias por tus consejos, pero ya me fastidié."
Miguel entendió, o se fastidió también y siguió su rumbo. Yo me quedé sentada observando viejitos bajitos y gruñones, todos con ropa que parece ajena, y zapatos deliciosos.
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