jueves, 28 de marzo de 2013

Días como hoy son necesarios

Hoy no hice nada. Bueno, nada útil. Me levanté tarde. Me acurruqué con los perros. Ví televisión. Jodí en la computadora. Comí Flips. Tomé café. Ví el techo. Consideré salir. Opté por no salir. Recibí mensajitos de alguien que me hace sonreir. Recibí mensajitos de alguien que me enerva un poquito. Me dieron ganas de escribir. Escribí. No me dieron ganas de dibujar, suele pasar. Me dió alergia. Ví la película argentina Un novio para mi mujer. Tomé Naranjita y fue asqueroso. Tomé agua y me sentí mejor. Me dió calor y me provocó playa. Te extrañé. Me pregunté por qué la gente se enrolla tanto, a lo cual no encontré respuesta porque yo suelo estar enrollada. Escuché Medici y me causó tristeza, pero después sentí esperanza. Escuché más música. Pensé en incoherencias. Pensé en la inmortalidad del cangrejo. Pensé en mi mamá. Pensé en mi papá. Escribí este párrafo y le dí a publicar...

jueves, 7 de febrero de 2013

es así...

Salgo 15 minutos más temprano y el metrobús llega 10 minutos más tarde. El comienzo de la lógica ilógica que domina la vida. Me subo y apenas saludo al conductor, el runruneo que delata a todo autobús se calla. "El coño de la madre," dice el conductor, cero sorprendido. Que suerte la mía. Me asegura que va a llamar por radio a la central para que manden otro autobús, "pero si la radio prende," que no prende porque el autobús entró en coma total. Chévere. Sonrío. Salí más temprano y ya me imaginaba llegando más tarde. La lógica ilógica. El conductor menta madre de nuevo y aprieta botones de la misma forma que lo hacíamos todos de pequeños, jugando en el Nintendo un juego que no sabíamos jugar. Y de la misma forma que Mario saltaba, hacía un triple mortal y llegaba a un nivel secreto lleno de monedas sin explicación, el autobís revive. Todos aguantamos la respiración como si cualquier movimiento va a afectar esta caja verde y colectiva. No se apaga, Soltamos el aire y el conductor nos deja pasar. No nos cobra. Esto me roba la esperanza. Él sabe que su vehículo volverá a sufrir un infarto. No es una cuestión de si va a pasar, si no de cuándo. Cada parada, cada semáforo, cada peatón amenaza mi puntualidad. Son las 7.50 am, la gente está yendo al trabajo, llevando a los chamos al colegio. En una ciudad donde siempre hay cola, ésta es la propia hora en la que hasta las colas tienen cola.
El autobús va tociendo, va ahogado, no sé nada de mecánica automotriz, pero sé que este estira y encoge no es normal. Es como manejar con un conductor primerizo, de esos que no le han agarrado el truquito ni al acelerador ni al freno. Pero en este caso no es culpa del conductor. Estoy en la última fila y fuera de rango para escuchar a los de la proa, pero estoy segura de que nuestro capitán, de acuerdo a los precedentes establecidos, no ha dejado de mentar madre. Me concentro en escribir, en leer, en escuchar conversaciones que no me incumben, habladas por gente que no conozco. El tráfico a veces avanza, pero por lo general me da la oportunidad de observar detalladamente el estado y color de los chicles variados pegados al asfalto. Caminando sería más rápido, gateando...capaz hasta de retroceso. La cola no avanza. La cola avanza. La cola no avanza. No voy a ver el reloj porque sé que voy tarde y me va a joder confirmarlo. Veo el chicle. Leo los titulares del periódico que vende la del KINO. Veo el otro chicle. Critíco el mugroso estado de algunos carros. Aprecio el brillo de aquellos limpios. Veo como es la parrillera de la Explorer. Veo mi reflejo en la Explorer. Veo el reflejo de todos nosotros. Caras de resignados. De entregados a depender de las masas y todos sus vehículos. Una Cherokee tiene una calcomanía de los Leones y eso me recuerda que ganó el Magallanes. Más chicle. ¿Quién es esta gente que lanza tanto chicle por la ventana? Un pitillo. Una pluma. Debería coleccionar todas estas cosas y hacer manualidades. Oscar de León e Ilan Chester se presentarán juntos en el Eurobuilding. Vota el 16 por Capriles.
La cola se mueve y empezamos a avanzar tociendo, a rebotar pa'lante y pa'trás. Es como cuando remábamos mal en la universidad. Este es el movimiento que hace el barco cuando ocho carajas no agarran el ritmo, cuando cada una rema y sigue su propio tambor. Contra todo pronóstico arribamos a la estación del metro, todos sonreímos y nos vemos como si acabáramos de sobrevivir una experiencia de la cual creíamos no saldríamos con vida. Compartimos algo que nadie fuera de este viaje puede entender, hay solidaridad en el aire, esta solidaridad a la que me quiero aferrar me la arrebata una señora que me aparta bruscamente porque "voy tarde niña!". Hasta ahí llegó.

jueves, 24 de enero de 2013

La importancia de no callar

Como muchos venezolanos en estos últimos meses, he sentido una terrible impotencia ante las absurdas acciones tomadas por el cuasi-gobierno que tenemos. Tras tanto atropello e irrespeto, siento que sentarme en mi casa a ver las noticias es una falta de respeto en sí, una falta de respeto a Venezuela. Porque si yo no hablo por ella, ¿quién lo va a hacer? Si yo no me activo y exijo justicia, ¿a quién le corresponde?

Estoy orgullosa de todos los que han dado la cara y han hablado sin miedo. De todos los diputados que no se han quedado callados. De los gobernadores y alcaldes que se han enfocado en trabajar y no en criticar. Me siento identificada con Voluntad Popular y aprecio el esfuerzo de todos sus miembros. Entiendo y apoyo las asambleas populares que han y siguen organizando. Me parece una excelente manera de incluir a todos en el cambio que ya exige el país; porque opino que el cambio viene de la gente, y la gente necesita seguir reunida y activa.

Gerardo Blyde, alcalde de Baruta, mencionó la idea de convocar una gran asamblea que le siga a las mas pequeñas, y espero que suceda, porque necesitamos sentirnos unidos. Necesitamos sentir que no somos los únicos que queremos una mejor Venezuela. Necesitamos recordarnos mutuamente que más de 6,5 millones de venezolanos votamos por un nuevo camino, y que no se puede perder la esperanza. En la asamblea de Alto Prado, Carlos Vecchio, coordinador político de Voluntad Popular, dijo que a menudo le preguntan: "¿Hasta cuándo la lucha?" y me encantó su respuesta: "Hasta que lo logremos." Y es que no nos queda de otra. Nadie dijo que sería fácil, pero es indiscutible que valdrá la pena.

miércoles, 9 de enero de 2013

some of my truths

I am a combination of all my experiences. Those include personal and professional challenges that have shaped me into who I am.

From the time I was little I have been fascinated by the world and everything in it.

I travel as much and as often as I can.

I feel pure joy at the mere sight of something new.

I love the way a language sounds when I hear it for the first time.

I love when I finally understand a custom I never knew existed.

I constantly look for new things because doing so nurtures my soul.

I don't think the world is as big and scary as we'd like to believe.

We all aren't that different after all.


martes, 8 de enero de 2013

what do I believe in?

I believe above everything else that people are good. Deep down I truly think that. We tend to get caught up in the nonesensical day-to-day and transform into mean, obnoxious, impatient, rude, judgemental, superficial, bitter and intolerant beings. I don't think that's the true version of any of us...it'd be too depressing an idea if it was. It's just easy to get carried away in the mix of arguments, and the stress, and the chaos that can be life. It's not healthy, but it's easy. I do it. You do it. We all do it. We all fight for dumb reasons, defending things we don't really care about. We put our pride above others' feelings. It's not ideal, but nobody's perfect. The truth is I don't believe the man that cut me off today is really that rude, or the lady that snapped at me last week is really that mean. I think we're all way more sensitive than we'd like to admit, and fronting a tough exterior is an easy way to avoid that. We all just need constant reminders that most of the things that get our blood boiling throughout the day are really not that big of a deal. It's really not that important that someone rolled their eyes at you, or cut in line, or spoke to you at a higher-than-desired tone of voice. Is it ideal? No. Is it the end of the world? Not by far. Don't let it get to you. Rise above it. Be the person you truly are. Smile and let it go.

I believe in me. I believe in you. I believe in the beauty of humanity as a whole. We might stray off the path every now and then, but I believe we all have the ability to get back on track.

el nuevo año...

La necesidad de escribir es para mí eso mismo. No es ganas, es necesidad. Esta mañana me encontré con la mente hiperactiva, un bolígrafo y sin papel. Estaba ya a punto de escribirme en el brazo cuando encontré dos recibos en mi monedero y pude descargar a medias lo que me pasaba por la cabeza. Me deprime un poco que el obstinante día a día calle mis pensamientos. Mientras más me absorbe la ciudad, más esfuerzo toma liberar las palabras. Estoy segura de que ellas siguen ahí, en algún compartimento secreto entre el olvido y la rutina, y solo sentada en un parque, observando, escuchando, asimilando todo lo que significa la vida en su más simple expresión puedo acceder fácilmente ese cubículo que se suele esconder tras lo que aparenta importante día tras día.

Mi ausencia del blog es culpa de mi ligera aversión por la tecnología y el trote que fue el año pasado. Viví, viajé, escribí y dibujé en diez países distintos y me enamoré de la belleza que cada uno, a su manera, me ofreció. Contrastes de gente y culturas tan drásticos que solo me incitan a viajar más, a conocer más y a entender más. A la vez de ese trote global, comencé un viaje interno que me ha abierto los ojos, el corazón y el alma de una manera difícil de describir. Estoy más consciente de lo que es estar viva y eso me ha llevado a comprender, tolerar y amar más. No por competir con los demás, solo con el propósito de ser mejor de quien fui ayer. Una persona llena de luz, buena vibra y energía positiva. Es un trabajo constante, pero uno que disfruto más de lo que puedo explicar. Quiero y les deseo a todos en este mundo un año lleno de belleza, paz y sobre todo fuerza para lidiar con los buenos y malos momentos que son inevitablemente parte de la vida. Hay que recordar que aunque no todos los días son buenos, siempre hay algo bueno en cada día.

Nunca he creído en las resoluciones de año nuevo, porque no entiendo de donde se saca la motivación para empezar el 1ero lo que no se pudo empezar el 23. Pero de igual manera voy a esforzarme un poco más por leer, garabatear y escribir más a menudo. Son las actividades que más satisfacción y paz interna me traen, y las necesito para combatir la facilidad de perderse en la indeseada rutina citadina del estrés y el malhumor.