jueves, 24 de enero de 2013

La importancia de no callar

Como muchos venezolanos en estos últimos meses, he sentido una terrible impotencia ante las absurdas acciones tomadas por el cuasi-gobierno que tenemos. Tras tanto atropello e irrespeto, siento que sentarme en mi casa a ver las noticias es una falta de respeto en sí, una falta de respeto a Venezuela. Porque si yo no hablo por ella, ¿quién lo va a hacer? Si yo no me activo y exijo justicia, ¿a quién le corresponde?

Estoy orgullosa de todos los que han dado la cara y han hablado sin miedo. De todos los diputados que no se han quedado callados. De los gobernadores y alcaldes que se han enfocado en trabajar y no en criticar. Me siento identificada con Voluntad Popular y aprecio el esfuerzo de todos sus miembros. Entiendo y apoyo las asambleas populares que han y siguen organizando. Me parece una excelente manera de incluir a todos en el cambio que ya exige el país; porque opino que el cambio viene de la gente, y la gente necesita seguir reunida y activa.

Gerardo Blyde, alcalde de Baruta, mencionó la idea de convocar una gran asamblea que le siga a las mas pequeñas, y espero que suceda, porque necesitamos sentirnos unidos. Necesitamos sentir que no somos los únicos que queremos una mejor Venezuela. Necesitamos recordarnos mutuamente que más de 6,5 millones de venezolanos votamos por un nuevo camino, y que no se puede perder la esperanza. En la asamblea de Alto Prado, Carlos Vecchio, coordinador político de Voluntad Popular, dijo que a menudo le preguntan: "¿Hasta cuándo la lucha?" y me encantó su respuesta: "Hasta que lo logremos." Y es que no nos queda de otra. Nadie dijo que sería fácil, pero es indiscutible que valdrá la pena.

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